Sunday, March 29, 2009

Arzobispo de Puebla Víctor Sánchez Espinosa


El 2 de abril de 2009 es la fecha en la que abrazará a Puebla
Pide el papa a Víctor Sánchez ser "buen pastor"
Como arzobispo de Puebla, hará su primer recorrido en la Sierra Norte, donde existen comunidades necesitadas; después continuará con su tierra, la Mixteca Poblana

2009-02-24•Reportaje


Víctor Sánchez Espinosa recibió del papa Benedicto XVI palabras de aliento. Foto: Especial “Sólo debes ser buen pastor, buen obispo.” Simples pero categóricas fueron las palabras de aliento que Víctor Sánchez Espinosa recibió del papa Benedicto XVI, en el primer encuentro entre ambos desde la designación del prelado mexicano como arzobispo de Puebla, el pasado 5 de febrero.

El saludo tuvo lugar en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico de El Vaticano la mañana del viernes, al finalizar la audiencia del obispo de Roma con los participantes en la asamblea plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL).

El propio Sánchez Espinosa confió a Milenio, durante una entrevista en la Domus Sacerdotalis Romana –la casa de huéspedes exclusiva para sacerdotes y obispos ubicada a unos metros de la Plaza de San Pedro en Roma– los detalles de su “cara a cara” con el líder máximo de la Iglesia católica.

“Le agradecí a título personal y a nombre de la arquidiócesis la designación como arzobispo de Puebla; le expresé un cierto temor por los retos de la arquidiócesis, por lo grande que es, y la respuesta muy paternal del Santo Padre fue: 'sólo tienes que ser buen pastor, buen obispo',” afirmó.

“Esto –agregó– me fortalece espiritualmente y me anima para llegar a esforzarme en ser pastor, en estar cercano a los sacerdotes, a los consagrados, consagradas y a todos los laicos, todas las comunidades.”

La relación de Sánchez Espinosa con “los papas” es muy particular. Cada vez que viaja a Roma reserva un tiempo para visitar las tumbas de Pío XII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II. A los últimos tres los conoció personalmente.

Con Juan Pablo I es aún más especial. A él le tocó estar en la capital italiana cuando lo eligieron pontífice el 26 de agosto de 1978, y tuvo la oportunidad de saludarlo pese a su corto papado, que duró sólo 33 días.

También estrechos vínculos lo acercan a Karol Wojtyla, de quien recibió su “anillo del pescador” –que presume con orgullo– tras ser nombrado obispo auxiliar de la ciudad de México en 2004. La cruz dorada en su pecho fue un obsequio de Benedicto XVI.

La suerte o la “providencia” ha querido que el 2 de abril, cuando se cumplan cuatro años del fallecimiento del “más mexicano” de los papas, sea la fecha de su toma de posesión como pastor de la Angelópolis. Una “feliz coincidencia”, según el prelado.

Desde aquellas palabras del nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, en una conversación telefónica a inicios de febrero: “don Víctor, su vida ha cambiado porque este día el papa decidió nombrarle arzobispo de Puebla”; será sólo hasta ese jueves cuando podrá “abrazar” a su pueblo espiritual.

La ceremonia, prevista en el Estadio Cuauhtémoc, tendrá el espíritu de despedida a Rosendo Huesca Pacheco, porque siendo quien más gobernó Puebla, es “muy justo” que toda la arquidiócesis le reconozca su trabajo y le agradezca no 31 años, sino casi 40 de labor, porque él fue obispo auxiliar desde 1970, estableció Sánchez Espinosa.

Sólo hasta ese momento iniciará su trabajo pastoral. Un ministerio que será, en sus propias palabras, “de servicio y muy cercano a la gente. No voy sino a unirme al trabajo de la arquidiócesis, a ser su hermano mayor y obispo,” apuntó.

Su principal preocupación, reveló, es la amplitud territorial de la arquidiócesis, y por ello aseguró comenzará inmediatamente a visitar las zonas pastorales. Su primer recorrido lo realizará en la Sierra Norte, donde existen “comunidades alejadas” a las cuales desea “sentirse más cercano en este momento”.

“Después continuaré con mi tierra, la Mixteca Poblana. Es mi gente, son las parroquias que me conocen, son comunidades necesitadas. Así con las otras zonas pastorales, el oriente, poniente, la zona urbana, que es la ciudad,” estableció.

“Iré alternando –añadió– con visitas a parroquias, y también quiero estar cercano a las comunidades religiosas masculinas y femeninas. Donde me inviten, allí estaré.”

En su paso por Roma, Víctor Sánchez recibió instrucciones precisas del cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos de El Vaticano: “dedícate totalmente a Puebla”.

Muchas voces en el interior del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), del cual el poblano es aún secretario ejecutivo, habían obstaculizado su nombramiento como arzobispo, porque deseaban su permanencia en ese organismo hasta el 2011. Finalmente prevaleció el interés de México.

Pero su salida del Celam será gradual. A inicios de marzo viajará a Bogotá (Colombia), para un encuentro de secretarios generales de conferencias episcopales de América Latina.

Después, en mayo, deberá estar presente en Managua (Nicaragua), donde se celebrará la asamblea ordinaria del consejo y donde los obispos de todo el continente elegirán a su sucesor.

En junio regresará a Roma para recibir el Palio Arzobispal de manos de Benedicto XVI, y en julio regresará a Bogotá para entregar definitivamente la oficina al nuevo secretario general. Sólo hasta ese momento estará definitivamente libre para dedicarse, en cuerpo y alma, a la encomienda de su vida: guiar la arquidiócesis de Puebla de los Ángeles.

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